El Trastorno Límite de Personalidad podría tener cierta relación con los trastornos de alimentación, tal como lo sugieren algunas investigaciones.
De hecho, es frecuente encontrar en la clínica una combinación entre los trastornos límite de la personalidad y los trastornos de alimentación, pues, por lo general, cuando una persona tiene un desajuste en su alimentación, subyace un trastorno mental que afecta en diferentes esferas de la personalidad.
Es destacable que la comorbilidad se refiere a la aparición de dos o más trastornos o enfermedades que afectan a una persona, de forma simultánea, es decir, al mismo tiempo, o seguido el uno del otro.
Un ejemplo de ello podría ser la presenta del Trastorno Límite de Personalidad y los Trastornos de la conducta alimentaria.

Trastorno de la personalidad límite

En primer lugar, el trastorno límite de la personalidad o TLP, se caracteriza por un estado de ánimo que cambia, un esfuerzo de por evitar ser abandonado o un temor al rechazo; las relaciones sociales también son inestables, puede haber presencia de conductas autolesivas o intentos de suicido, autoimagen inseguridad, sentimientos de vacío, dificultad para gestionar la ira, entre otros.

En un estudio de Mohsen Khosravi sobre los desórdenes alimenticios en pacientes con el trastorno límite de personalidad, el autor destacó que, según sus resultados, la alexitimia, la ansiedad y la depresión deberían recibir atención clínica como objetivos terapéuticos potenciales en la comorbilidad del Trastorno Límite de Personalidad y los desórdenes alimenticios.

Cabe resaltar que el paciente con Trastorno Límite de Personalidad, también llamado Borderline, suele presentar una sintomatología amplia, en la que predomina una dependencia afectiva; un vacío interior que no se llena con nada ni con nadie; un aspecto de descuido o de extravagancia; suelen presentar rasgos narcisistas, presentan ansiedad crónica y generalizada.

Además, el carácter de las personas con Trastorno Límite de la Personalidad  suele ser colérico; un deseo obsesivo por ciertos objetos que, al obtenerlos, pierden el interés; propensos a los trastornos de alimentación, siendo los más frecuentes la anorexia y la bulimia, sobre todo en la adolescencia.

Sus afectos y sentimientos pueden ser intensos, aunque muchas veces se esconden bajo la indiferencia, lo cual les ocasiona problemas de comunicación, y tienen una tendencia a la impulsividad.

Las personas con esta condición también tienen fantasías de abandono o pérdida, que les resultan intolerables. Su valoración propia es inconstante, tienen dificultad para concentrarse, no están exentos al exceso de consumo de drogas y alcohol, con un rasgo desarrollado para intentar cambios emocionales en los demás.
Asimismo, pueden pasar de la idealización a la desvalorización de las instituciones, personas o grupos con una extrema facilidad.

Trastorno de la conducta alimenticia

Por otro lado, dentro de los Trastornos de la Conducta Alimentaria (DSM-5), se encuentra la bulimia nerviosa, una patología que se caracteriza por el descontrol alimentario, en el que la persona lleva una ingesta excesiva de grandes cantidades de comida en un corto período de tiempo.
Esto hace que la persona sienta culpa y vergüenza y que, para eliminar dichos sentimientos, la persona ejecute conductas purgativas o compensatorias.

Trastorno límite de la personalidad y trastorno de la conducta alimenticia

La comorbilidad entre el Trastorno Límite de Personalidad y los Trastornos de Conducta Alimentaria suelen aparecer más en mujeres que en hombres.

Quienes presentan estas dos patologías suelen tener irritabilidad, componentes impulsivos, alteración de la autoimagen, desesperanza, síntomas depresivos, entre otros.

Las personas con estas comorbilidades tienen sentimientos extremos sobre la comida, incluso perturbadores, acompañados por una obsesión por el peso en general y con su imagen.
Aunque no dé la impresión de que se trate de un cuadro que afecte la vida de la persona, la verdad es que puede ser grave, ya que el Trastorno Alimenticio puede agravarse con el Trastorno Límite de la Personalidad.
Respecto a la patología de la anorexia nerviosa, esta se identificó por primera vez en el siglo XIX, describiendo como auto-privaciones de la alimentación. Pero, no es el único trastorno que cursa con los problemas alimenticios, pues también se encuentran los siguientes:

  1. Anorexia nerviosa: quienes la padecen tienen una imagen distorsionada sobre su apariencia, considerando que tienen un exceso de peso, aun cuando no sea así. Por ello, se niegan a comer, se ejercitan de forma compulsiva y tratan de no comer frente a otras personas.
  2. Bulimia nerviosa: las personas con este padecimiento ingieren grandes cantidades de comida y luego la intentan eliminar ejercitándose lo más que puedan, tomando laxantes, diuréticos, enemas y otros para disminuir las calorías en su cuerpo.
  3. Ingesta compulsiva: es parecida a la bulimia, pueden ingerir comida de forma descontrolada, pero no purgan su cuerpo para reducir las calorías.

En este grupo de personas existen patrones psicológicos que se deben tratar, puesto que:

El TLP y los trastornos alimenticios están más relacionados de lo que se considera

Por lo que requieren de un tratamiento específico para retornar a la normalidad.

Uno de los rasgos de personalidad presentes en las personas con trastornos de alimentación es la necesidad de control. En el caso de la anorexia nerviosa, esta se asocia más a una personalidad obsesiva con un control exagerado, mientras que la bulimia nerviosa está relacionada con menor autocontrol, pero con rasgos impulsivos.
Cuando existe un trastorno de la personalidad, estos rasgos se pueden acentuar y resulta necesario identificar el trastorno para tratarlo junto con el alimentario y alcanzar así una buena evolución con una recuperación duradera.

Inclusive, cuando es posible establecer un diagnostico de personalidad, se deben analizar cuáles son los rasgos de la personalidad de quien padece el trastorno alimentario, ya que esto puede ser una guía para comprender como se relaciona con otras personas, con el mismo terapeuta y consigo mismo.

Si existe un trastorno de personalidad que constituye la patología de base, entonces se deben abordar ambos trastornos al mismo tiempo.

Se considera que el trastorno alimentario es un síntoma relacionado con la estructura de la personalidad.

Tratamiento especializado para los trastornos alimenticios y la personalidad límite

No obstante, no siempre que se da una mala evolución en el tratamiento para el trastorno alimentario, se debe a que exista un trastorno de personalidad.
Cuando coexiste ambos tratarnos, el alimenticio y el TLP, el pronósticos es más complicado y el tratamiento ha de ser más específico. Ello  no quiere decir que la persona no se pueda recuperar, solo que su tratamiento debe ser de mayor especialización. Han de utilizarse técnicas propias del abordaje de la patología de la personalidad. Entre ellas la Terapia Focalizada en la Trasferencia, la Psicoterapia Basada en la Mentalización y la Terapia Dialéctica comportamental.

Bibliografía

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